Superpoderosas







Desde ese Agosto del 2008 luego del diagnóstico, sobrevinieron muchos desafíos. Los que leen mis historias desde aquella época, lo saben. Aun cuando mi alma entera celebraba el hecho de tener el priviligio de ser la madre del hijo que me había escogido a mí como su madre, eso no me redimía de tener que enfrentar mil y un batallas en vista de acompañarlo en su desarrollo atípico y su forma especial de ver el mundo y procesarlo.

En el camino surgieron un millón de incertidumbres, preguntas por resolver y mi cabeza, mi cuerpo y mi espíritu a veces no daban abasto aun cuando mi actitud siempre fue positiva.

Entre tanta búsqueda fui conociendo a otras madres, que también buscaban como yo. Mujeres con una fuerza increíble,con una seguridad admirable y con una determinación que me ayudaban siempre a entender las cosas de otra manera.

Muchas de ellas habían comenzado su búsqueda mucho antes que yo y me llevaban años de saberes acumulados, así que sus consejos siempre fueron palabra mayor para mí. Otras se fueron sumando con el tiempo. Yo me sentía parte de toda una comunidad en la que todos estábamos en la misma tarea, descifrar este dilema del autismo.

En aquellos primeros años tuve la bendición de cruzarme con ellas que fueron mi sostén y apoyo incansable. Es que nos hacía bien dar y recibir, ayudarnos y escucharnos. Por eso y por el amor con que ellas muchas veces apartaban de su tiempo para acompañarme en mis crisis y encrucijadas comencé a llamarlas Superpoderosas. Aún tengo mi lista de esas madres que para mí son maravillosas personas de luz que conformaron casi un ejército de guerreras que iban al frente, no solo estaban determinadas a ayudar a su hijo sino que tampoco se quedaban calladas, no se guardaban ninguna información y la compartían con otras mamás que estábamos buscando. Y no solo eso, trabajaban para que no solo se hablara de Autismo sino para que también se cambiara esa mirada trágica que sesgaba a toda una sociedad al mirar a nuestros hijos. Fueron años de muchos cambios sociales en relación a la palabra "inclusión" y la voz de nuestros hijos comenzó a ser escuchada a través de estas mujeres Superpoderosas.
Hoy, en tan corto tiempo, ya estamos hablando de superar ese concepto simplemente para entender de que todos tenemos derecho a ser parte, porque en la palabra incluir también está implícita la diferencia y eso nos hace seguir viendo al otro con la necesidad de recibir nuestra ayuda o caridad. En fin, ese es otro tema para hablar largo y tendido.

Vuelvo a esas mamás. Cuando más las necesite estuvieron ahí.
Con los años fui aprendiendo que si bien todo eso me ayudaba también a veces era fuente de desconcierto, cuando sin darnos cuenta entrábamos en pequeñas, medianas o grandes comparaciones que terminaban siendo violentas, porque lo que servía para un niño quizás no servía para otros o lo que le servía a una mamá a la otra le hacía mal. Pero todo era parte del mismo aprendizaje.
Con el tiempo fui encontrando mi propio camino y el de mi hijo y pude poner en práctica esa estructura de pensamiento, determinado pero a la vez flexible, que me permitió enfrentar mis batallas un tanto más en Soledad...



Justo! Así se llama una de estas mamás!

Soledad Junquera, una de las madres superpoderosas, maestra en mi camino.
Ella me dio el mejor de todos los consejos que yo pude escuchar, una vez, afligida por las crisis profunda que Nacho estaba pasando, la llamé para pedirle ayuda y mientras le decía cuánto me dolía en el alma verlo así a mi hijo, ella respondió con seguridad:- "Tenés que pensar que él ya vino preparado para enfrentar su dolor, vos solo tenés que acompañarlo".

Hay frases que quedan grabadas para siempre y nos hacen tener otra mirada de lo que nos toca enfrentar.

Buscar caminos puede llevarnos a encontrar a otros que buscan como nosotros. Es lindo compartir saberes, ayudarnos y acompañarnos, sin dejar de construir nuestro propio camino, tan singular y único como lo somos nosotros y lo es nuestro hijo.


No existen fórmulas mágicas, existen experiencias previas aplicadas a individuos singulares que reaccionarán de una manera única.
Y de eso justamente se trata el escuchar y respetar las demandas de nuestras propias necesidades y celebrar nuestros propios descubrimientos. 

Todo se construye de a poco y todo tiene su proceso. Cada etapa vivida es un despertar de nuevas oportunidades.

Después de más de diez años en este camino puedo recordar mucho de lo vivido y no dejar de agradecer a aquellos que fueron y serán por siempre parte de este maravilloso aprendizaje que es vivir.


Gracias Soledad Junquera por haber sido y por seguir siendo parte de este camino.
Te Quiero

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