Aceptación




A menudo escucho la frase:" Yo no lo quería ver" o "No lo quería aceptar"."Todos me lo decían pero yo estaba ciega/o". 
Son frases de muchos padres que cuando se les pide que hagan una intervención terapéutica con su hijo les cuesta asumir que "el Otro" está viendo cosas en su hijo que él mismo no puede ver. 
A veces el poder mirar, no con los ojos del deseo propio sino dejando a un lado las expectativas personales que depositamos en un hijo puede ser algo difícil. Sin embargo, es absolutamente necesario poder hacerlo para poder darle lugar a ese niño que vino a ser quien tenía que ser y no lo que otros soñaron de él.
La discapacidad llega a nuestra vida para sacudir toda nuestra estantería de creencias y para dar lugar a nuevos escenarios que, en su complejidad, no hacen otra cosa que interpelarnos y atravesarnos en todas las certezas que creíamos tener. 
Nuestra capacidad de adaptarnos a una nueva realidad es lo que nos permite abrazar el devenir de lo que hoy nos representa un desafío, pero también nos permite encontrar en eso que es tan novedoso, nuevas formas de ver la vida y hacernos más flexibles. 
Cuando se habla de la Aceptación hacia la discapacidad no se habla de resignación, se habla de abrazar esa forma tan diversa de ser y estar en este mundo. Se habla de valorar las oportunidades que ella nos viene a ofrecer y se habla de tener la capacidad de centrarnos en cada una de las potencialidades que nuestro hijo tiene en lugar de lamentarnos por las limitaciones del hoy. 
Es cierto! Podemos decir: -Yo Acepto a mi Hijo pero no puedo aceptar algo que lo hace sufrir. Esto es completamente comprensible. Sin embargo hay que saber observar y separar lo que es un desafío, de un sufrimiento. Sólo se padece cuando eso que nos toca enfrentar tiene mayor peso que nuestras propias fuerzas y capacidades para enfrentarlo y nuestro hijo vino a enseñarnos que su fuerza y energía para sobreponerse a sus propios desafíos es desbordante comparada con lo que hoy parece una limitación . 
Aceptar la discapacidad es aceptar el desafío y agradecer la oportunidad que este nos trae. 
La vida puede ser una suma de "reproches" o puede ser la suma de "gracias" por las oportunidades que nos permiten encontrar, construir y reconstruir el camino que nos lleva a desarrollar lo que vinimos a aprender en esta existencia humana.
"Mi Hijo es Extraordinario y su Peculiaridad como ser Humano me enseña que existen diversas formas de transitar la vida y todas ellas tienen un solo propósito: el hacernos mejores de lo que fuimos".
Aceptar la discapacidad como un elemento más que nos otorga oportunidades para enriquecer nuestra vida es Aceptar que todos somos diferentes y que no necesitamos parecernos a nadie para ser parte del entramado social que nos cobija y nos sostiene cuando llegamos a este mundo y nos sumamos a esta larga Travesía que nos toca transitar.



¿Cómo estas observando este proceso en tu propia vida y con tus propios desafíos?

Sabrina Isabel
Travesía Ukele

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