Las cosas son Grandes pero quiénes hacen las Cosas?






Esta mañana haciendo un trabajo para la facultad repasaba las palabras de la gran Alicia Fernández cuando hablaba de Autoría de Pensamiento y todo tenía que ver con todo, como siempre me suele suceder.
Esta semana fue una semana de mucho aprendizaje y de todo lo vivido suelo hacer síntesis en mis pensamientos y justamente Alicia hablaba de que el pensamiento no es autónomo porque siempre está ligado al deseo y por consecuencia está ligado al otro.
Y yo pensaba por cuánto tiempo me mantuve callada sin poder hablar demasiado de mi obra por considerarla algo tan grande que me hacía sentir demasiado chiquita.
El pasado 3 de diciembre cuando presenté mi libro no hacía otra cosa que preguntarme quién era yo para escribir un libro, buscando continuamente darle legitimidad a lo que yo pretendía compartir con la sociedad. Y sentía que el Libro era una cosa demasiado Grande y que reconocerme autora de mi obra sería caer en la arrogancia y lejos de mis intenciones estaba sentirme de esta manera. Pero al observar continuamente cómo se maneja el mundo y sus códigos me doy cuenta que no encajo y nunca voy a encajar.Porque el mundo te propone constantemente entrar en esa arrogancia y te invita a posicionarte desde diferentes estratos sociales que te etiquetan y te categorizan olvidando tu mayor valor que es la de esencialmente Ser.
Es cierto, escribí un libro, conté mi historia y de hecho la considero de gran valor y fue por ello que lo hice, sin embargo para nada puedo sentirme arrogante y por el contrario voy a sentirme por siempre humilde ante algo tan mágico como lo es haber podido lograr cumplir un sueño.
De muy chiquita anhelaba ayudar a otros, siempre estuvo en mi esencia.Era demasiado pequeña como para estar encerrada en mi "piecita" escribiendo y cuestionándome cómo iba a hacer para olvidarme de mi misma y ayudar a alguien que lo necesitara. Sin embargo, lo hacía y me envolvía en mil cuestionamientos que sólo observaban mis circunstancias del momento y me hacían sentir infinitas limitaciones que me llevaban a caer en la frustración. Frustración de no poder hacer aquello que mi corazón anhelaba.


Hoy poder compartir con otros mis desafíos y mis batallas y ser capaz de infundirle aliento y esperanza en sus propias batallas me hace sentir que por fin después de tantos años esa niña que se encerraba a plantearse ¿cómo? hoy está logrando su sueño y objetivo.


Es cierto, tengo que lidiar con el otro que no se alegra con mi alegría , que no es feliz con mi felicidad y que no hace otra cosa que mirarse a si mismo cuando en realidad la clave es mirar al otro sin importar en donde estoy parado. Porque mirar no requiere de un gran movimiento físico pero si de un movimiento mental, puedo mirar desde lejos o de cerca o puedo mirar sólo con el corazón.


Esta semana sentí que me atravesaron infinitos tipos de miradas y de cada una puedo aprender, aun hasta de la que constituí hacia mi misma.
Es cierto, para la lograr autonomía necesito sentirme autora de mis propios pensamientos y desatarme de lo que pueden estar pensando los demás de mi. Es cierto, comenzar a transitar ese camino es todo un proceso, pero estoy dispuesta a atravesarlo para seguir alentando a otros en sus propias batallas y decirles que sí es posible hacer cosas Grandes aunque nos sintamos pequeñitos porque ya todos sabemos que de pequeñas cosas proceden las grandes.


Y es la discapacidad la que me enseñó que no existen los límites, sólo los que están en la mente.


Hoy quiero alentarte a que no te centres en tu limitación de hoy e invitarte a que te centres en tu potencial que también es parte tuya hoy. Que la Grandeza de las cosas que te rodean no te abrumen y que entienda que esas cosas, todas, desde las más pequeñas hasta las más grandes fueron hechas por personas comunes y corrientes como vos y yo. Quiero alentarte a que mires a los demás desde la empatía y que puedas pensar en el otro como alguien que necesita de vos y no como alguien que compite con vos. Cada uno está atravesando su propia travesía y transitando su propio trayecto. Miralos con el corazón y generá ese deseo de ligarte a él para simplemente acompañarlo desde tu lugar y con todo lo que sos capaz de ofrecerle.
Y después, sólo después poder mirarte a vos mismo para pensarte y decirte ¿hacia donde estoy caminando? ¿A dónde quiero llegar? y ¿ A quién voy a unir a mi propia Travesía?.


Es cierto, las cosas pueden ser Grandes pero más grandes son los que se animaron a hacerlas.


Sabrina Isabel
Travesía Ukele


Comentarios

Entradas populares